El nuevo informe de EURES sobre desequilibrios laborales en Europa, para cuya elaboración se ha contado con las aportaciones de CONFEBUS, confirma la grave escasez de conductores de autobús y tranvía en el continente, una situación que también afecta de forma especialmente intensa a España, junto con países como Alemania, Francia e Italia.
Según los datos de la International Road Transport Union (IRU), en 2023 se registraron 105.000 vacantes de conductores de autobús y autocar en Europa, lo que supone el 10% de todos los puestos en el sector y un aumento del 54% respecto al año anterior.
En el caso de España, la escasez de conductores es ya un problema estructural reconocido oficialmente. A pesar de que el país también figura entre los que presentan ocupaciones con superávit, como el personal administrativo o técnico, el sector del transporte refleja una preocupante carencia de profesionales, con fuertes desequilibrios regionales: mientras algunas zonas acumulan excedente de trabajadores, otras no logran cubrir la demanda de conductores.
Entre los factores estructurales que agravan esta situación destacan:
• Envejecimiento del personal: en muchos países europeos, menos del 5% de los conductores tiene menos de 25 años.
• Baja incorporación femenina: solo el 12% de los conductores en la UE son mujeres, cifra similar en España.
• Condiciones laborales poco atractivas: jornadas largas, turnos irregulares, contratos temporales y escasa conciliación.
• Dificultades de acceso a la formación y certificación: la obtención del CAP o del permiso D supone un alto coste, especialmente para jóvenes o personas migrantes.
• Efectos persistentes de la pandemia, que provocó la salida de muchos conductores del sector.
Pese a compartir este desafío con países como Francia, Italia o Alemania, estos últimos han avanzado más en la contratación internacional o la digitalización del transporte.
Además, el informe recoge diversas recomendaciones clave, como:
• Aumentar la atracción de jóvenes y mujeres mediante incentivos y visibilización del sector.
• Implantar programas de formación subvencionada junto a centros de Formación Profesional.
• Impulsar la contratación internacional, especialmente de conductores de América Latina y Marruecos.
• Mejorar las condiciones laborales: horarios, descansos, infraestructuras y apoyo psicológico.
• Fomentar la movilidad regional e internacional para equilibrar oferta y demanda de empleo.
En definitiva, el déficit de conductores en Europa y en España requiere una respuesta urgente y coordinada entre administraciones, empresas y centros formativos, con el objetivo de reforzar un sector esencial para la movilidad y la economía del continente.