El Clean Industrial Deal reconoce el papel de la competitividad en la consecución de los objetivos de descarbonización. Sin embargo, pasa por alto sectores críticos que apoyan la fabricación y proporcionan servicios esenciales de movilidad limpia. También es esencial garantizar que todas las soluciones de descarbonización se apliquen de forma rentable.
El Clean Industrial Deal, propuesto por la Comisión Europea, esboza acciones concretas para convertir la descarbonización en un motor de crecimiento. Sin embargo, según señalan desde IRU, de la que CONFEBUS es miembro, no tiene en cuenta partes clave de la cadena de suministro logístico que sustentan la industria manufacturera de la UE. El transporte por carretera es un componente vital de las cadenas de suministro -incluido el transporte intermodal y la entrega de primera y última milla- y de la movilidad sostenible en general.
Además, las medidas de descarbonización deben ser eficaces y rentables. La red actual no está preparada para hacer frente al aumento de la demanda derivado de la electrificación generalizada de los vehículos, lo que suscita preocupación por la disponibilidad de energía y las posibles interrupciones de la cadena de suministro.
Raluca Marian, directora de IRU para la UE, declara al respecto: “IRU acoge con satisfacción el Acuerdo Industrial Limpio por la importancia que concede a la competitividad para cumplir los objetivos de descarbonización. Sin embargo, se queda completamente corto al omitir sectores críticos que apoyan la industria manufacturera y prestan servicios cruciales de movilidad sostenible”.
“Del mismo modo, aunque el Paquete de Red Europea, previsto para principios de 2026, es un pequeño paso adelante, la UE necesita un marco armonizado para garantizar actualizaciones de la red que apoyen la adopción generalizada de vehículos eléctricos de batería, incluido el acceso prioritario para los operadores de transporte”, añade.
Medidas para estimular la demanda
La revisión prevista de las directivas sobre contratación pública, que obliga a las autoridades públicas a dar prioridad a las compras estratégicas y a adjudicar contratos en función de criterios medioambientales, es un paso positivo. Pero la iniciativa para hacer más ecológicas las flotas de las empresas sigue siendo motivo de preocupación.
Los elevados costes iniciales de los vehículos eléctricos de batería (BEV) y la limitada infraestructura de recarga siguen siendo obstáculos importantes para el sector privado. La contratación pública puede ayudar a reducir el riesgo de inversión, impulsar las economías de escala, reducir los costes de los BEV para las flotas privadas y generar confianza en el mercado. Sin embargo, hay que distinguir claramente entre financiación pública y privada.
La iniciativa de ecologización de las flotas corporativas corre el riesgo de imponer mandatos de compra a los propietarios de flotas privadas. Establecer objetivos de vehículos de emisiones cero (ZEV) para los operadores privados restringiría los derechos de propiedad sin una justificación clara, sobre todo teniendo en cuenta la falta de las condiciones propicias necesarias.
“En una economía de mercado, la regulación de la demanda sólo debería aplicarse en caso de fallo del mercado, lo que no es evidente. Muchos operadores ya están adoptando vehículos ZEV cuando se dan las condiciones adecuadas. La prioridad debería ser establecer las condiciones propicias para todas las tecnologías de transporte ecológico, en lugar de imponer mandatos restrictivos”, afirmó Raluca Marian.
Aplicación sectorial
La Comisión Europea ha declarado que el Acuerdo Industrial Limpio servirá de marco para colaborar con los agentes de la industria, incluidas las PYME, con el fin de desarrollar vías de transición sectorial y orientar las decisiones de inversión. Hay una gran expectación por los próximos planes específicos para el transporte por carretera.
Tras el Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Industria del Automóvil, lanzado a finales de enero, el Plan de Acción Industrial para el Sector del Automóvil se presentará el 5 de marzo. IRU pide que todas las soluciones de descarbonización existentes, incluidos los combustibles neutros en carbono, se integren en una estrategia global. Esto complementaría la estrategia propuesta y apoyaría una modificación específica del reglamento sobre normas de CO₂, como se indica en las orientaciones políticas de la presidenta Ursula von der Leyen.
También se espera con impaciencia el Plan de Inversiones para el Transporte Sostenible. Si bien se acoge con satisfacción la atención prestada a la ampliación de la infraestructura de recarga, se necesitan medidas adicionales para establecer las condiciones que permitan la descarbonización del transporte por carretera.
El apoyo a todas las tecnologías verdes, junto con los incentivos al transporte combinado e intermodal, serán esenciales para el éxito de la transición.