El pasado 17 de diciembre murió el presidente honorífico de Moventia, Miquel Martí Carceller (1925). El reconocido empresario formó parte, con su hermano Heribert, de la segunda generación (1939-1950) de la compañía familiar, que fundó su padre Miquel Martí Adell, en 1923. A personas como él siempre les estaremos agradecidos y obligados al reconocimiento por su dedicación, trabajo y perseverancia en favor del sector de la movilidad.
Miquel Martí Carceller entró a trabajar en la compañía cuando apenas acababa de comenzar los estudios de peritaje industrial mecánico en la Escuela de Peritos Industriales de Terrassa, pero había vivido la empresa y su actividad desde siempre, según se explica en el libro Moventia, 90 años en movimiento.
Su incorporación coincidió con la posguerra, pero a pesar de las dificultades, reconstruyó la empresa. A partir de los años 60, con la compañía en pleno crecimiento, se convirtió en una persona muy reconocida en el ámbito empresarial, especialmente en el sector del transporte urbano e interurbano. Los contactos con otros empresarios del sector, en el ámbito estatal, le permitieron desarrollar nuevas oportunidades y hacer crecer más la empresa. Su legado fue recogido por la siguiente generación. Tres de sus hijos trabajan hoy en el grupo familiar, Miguel, José María y Silvia, y su gestión ha logrado llevar la compañía a cotas de crecimiento inéditas.
Desde CONFEBUS lamentamos profundamente la pérdida de esta gran persona y empresario de referencia, y trasladamos nuestro más sentido pésame y todo nuestro cariño a sus familiares, amigos y a todo el equipo de profesionales que conforman el Grupo Moventia.