El sector turístico
español va camino de batir todos los récords en 2017, con 46,9 millones de
llegadas de turistas internacionales en los primeros meses del año, un 11,3%
más que en 2016 y un 49,4% más que en 2010. A su vez, el gasto turístico está
creciendo a tasas aún mayores.
La empresa de Recursos Humanos Randstad ha realizado un análisis sobre el peso del sector turístico dentro del mercado laboral en el que se destaca que durante el verano de 2017 el número de afiliados en el sector turístico ha vuelto a marcar un nuevo récord.
El promedio de ocupados durante los meses de junio, julio y agosto se sitúa en 1.744.769, lo que supone un aumento de del 4,6% respecto al año anterior y un 21,4% más que en 2008.
Así, los afiliados a la Seguridad Social en el sector turístico de España encadenan ocho años de crecimiento consecutivo. En 2009, se registró la cifra más baja de toda la serie histórica de ocupados en este sector, con 1.379.900 trabajadores.
Desde ese ejercicio, estos afiliados han aumentado un 26,4%. El crecimiento de este año un 4,6% es el segundo mayor incremento registrado, sólo superado por el del ejercicio anterior, un 5,3%.
Aunque los atentados terroristas del pasado 17 de agosto en Barcelona y Cambrils, en plena temporada y en localizaciones turísticas emblemáticas, han despertado un temor acerca de las consecuencias que puedan tener sobre el sector.
Por ello, CaixaBank Research ha realizado un informe donde pone de manifiesto las fortalezas del sector turístico español que deberían contribuir a que este continúe siendo uno de los motores de la economía del país.
Una de las mayores fortalezas es que una parte sustancial de la salud del sector se explica por la calidad de la oferta turística. España tiene un sector turístico altamente competitivo.
En el informe bianual del sector turístico elaborado por el World Economic Forum (WEF) de 2017, España repite como el país más competitivo de una lista de 136, por delante de Francia, Alemania, Japón o EE. UU. El índice de competitividad turística evalúa el desempeño de cada país en 14 áreas que, a su vez, se dividen en 90 subáreas. En cada área y subárea se asigna a cada país una clasificación cuantitativa y una posición en el ranking de los 136.
Dentro de las distintas áreas, España no solo se posiciona bien en las áreas clásicas de recursos naturales y culturales, sino que también obtiene muy buena nota en las que son intensivas en inversión y calidad institucional.
En el informe del WEF, el área de seguridad engloba a cinco subáreas que valoran la criminalidad, el terrorismo y la eficacia policial. Lo primero a constatar es que los grandes países europeos Francia, Alemania, Reino Unido e Italia ocupan posiciones notablemente peores en seguridad que su posición en el índice general.
En la subárea de costes del terrorismo España ocupa una posición relativamente buena, 18 en seguridad general y 60 en costes del terrorismo, mientras que, por su parte, Francia se encuentra en la posición 67 en seguridad general y 112 en costes.
Así, aunque es posible que la percepción internacional de España en cuanto a seguridad experimente un cierto deterioro tras los atentados sufridos recientemente, la percepción positiva de la eficacia policial podría actuar como un factor de compensación.
Por otro lado otra fortaleza del turismo español es la procedencia europea de sus visitantes. Los turistas japoneses, rusos y chinos son aparentemente más sensibles a cambios en la percepción de seguridad pero en España solo representan el 2,6% de las llegadas de turistas extranjeros.
En conclusión, el sector turístico español posee unas fortalezas que permiten ser optimistas sobre la continuidad de la buena marcha del sector.